El Quijote de Avellaneda.




La obra sale a la luz en 1614, nueve años después de la famosa aparición de “El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha”, y se dio a conocer en la ciudad de Tarragona, bajo el título “Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha”, un título que hay que leer del tirón, para no quedarse sin respiración, y dícese que fue compuesta por el licenciado Alonso Fernández de Avellaneda.

Y como todas las grandes cosas, misterios y peculiaridades de la vida, aún hoy en pleno S. XXI, todavía seguimos sin saber quien es ese tal Avellaneda, algo que agranda mucho más todo este asunto.


Es muy probable que Cervantes y su entorno si sabían quien era el autor, al igual que la gente de su época, pero hoy día nosotros nos quedamos con la ganas de saberlo.

“De cómo don Quijote de La Mancha volvió a sus desvanecimientos de caballero andante, y de la venida a su lugar de Argamasilla de ciertos caballeros granadinos”.
(El Quijote de Avellaneda)

Según los estudiosos, Cervantes se aprovechó de la lectura de Avellaneda, pues utilizó en beneficio propio textos, personajes y narrativas del llamado Quijote apócrifo (qué poco me gusta esta palabra.)


Además, debemos de tener en cuenta que el Avellaneda ha sido muy importante para la publicación de la segunda parte del Quijote, y hay momentos en que desde la obra de Avellaneda se ve un tenaz odio hacia don Miguel, pero también se puede entrever un profundo respeto y admiración por el mismo, y a pesar de que tiene momentos divertidos, es tosco, sin gracejo alguno, que no se puede comparar con la obra de nuestro genial Cervantes, pero para mí es significativo en sí.

Se comenta de Avellaneda lo siguiente:
1.    Que era un verdadero “pelota” de la nobleza.
2.    Era un valedor de la Iglesia.
3.    Devoto del Rosario: de ahí que el Quijote de 1605 le tuvo que sentar como una “patada en el culo”, con perdón de la expresión al personaje que se escondía bajo el nombre de Avellaneda.

Cervantes lo indicó perfectamente en su segunda entrega, respondiéndoles en algunas de sus partes:

“El verdadero Sancho Panza soy yo, que tengo más gracias que llovidas”.


       Ahora bien, bajo mi punto de vista, siempre bajo mi punto de vista, (¡ala! va una de mis principales coletillas) se deben mucho uno a otro, de ahí que yo haga la siguiente entrada, para darle la debida importancia que se merece. Hubo casos como el del articulista y dramaturgo español José Fernández Bremón, que hizo la propuesta de quemar todos los ejemplares apócrifos, una respuesta a la típica intolerancia española.

       Para finalizar una pregunta. Si el Quijote de Avellaneda sitúa ese lugar de La Mancha en Argamasilla de Alba, ¿es ese el  lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse don Miguel de Cervantes?


“Feliz día del libro a todos, y que disfrutéis mucho del mismo”.


Comentarios

  1. ¿No crees que este día tenía que estar dedicado a Cervantes? Para el Avellaneda hay tiempo de sobra.

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    Respuestas
    1. Pienso que los dos van muy unidos, son y serán parte de nuestra historia, y jamás debemos de olvidarnos que fue una respuesta de uno de los más grandes escritores de todos los tiempos...

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    2. No se puede decir de otra manera:"el más grande."

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    3. Y no les hacemos caso ni muertos. Ahora bien si fuera un famosillo o un futbolistilla otro gallo nos cantaría.

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